Al momento de adquirir una propiedad o bien inmueble, es necesario tener claro todas las normas, leyes y estatutos que amparan el procedimiento para evitar complicaciones en el futuro. ¿Cuántas veces se ha oído el término propiedad horizontal sin tener certeza de qué se trata? Acá se explicará con detalles.
Primero, es necesario determinar la definición. Los especialistas afirman que la propiedad horizontal es el poder en el que se basa una persona sobre un espacio, piso, vivienda o local, ubicado en un edificio. Esos derechos y obligaciones son obtenidos una vez que se adquiere el bien.
De este modo, la propiedad horizontal es una forma jurídica que permite organizar la distribución de espacios inmuebles dentro de una construcción en común. En la mayoría de los países existen reglas o normas que rigen este aspecto, para garantizar los derechos ciudadanos.
Dicho lo anterior, se puede decir que dentro de una infraestructura cohabitan varios propietarios y cada uno de ellos tiene derechos garantizados del espacio donde viven, no obstante, eso no quiere decir que sean dueños del edificio por completo. Existen áreas comunes como los ascensores, pasillos, etc., cuyo acondicionamiento depende de todos.
Dentro de la propiedad horizontal también se contemplan el derecho a otros elementos propios de la edificación como escaleras, instalaciones en común y hasta los suelos. Todo eso está regulado por las leyes de cada país, por lo que es necesario cumplirlas cabalmente para que prevalezca el orden interno.
Generalmente, existen porcentajes establecidos por propietario en cuanto a su derecho sobre las áreas comunes. Siempre está inseparable a los contratos cuando se realiza la compra del bien.
Cada país tiene sus propios estatutos
Para que las propiedades horizontales funcionen sin contratiempos siempre es importante que las leyes de nación, amparen las normas. Pero cada Estado tiene sus propios estatutos, solo basta con revisar e investigar un poco sobre ello, dependiendo donde se resida.
Por ejemplo, en España está en artículo 396 del Código Civil, el cual se refiere directamente a la propiedad horizontal. Define ese aspecto como la delimitación física en la que el propietario puede aprovechar como desee cada espacio. Mientras que califica la copropiedad como todas las áreas externas a ese lugar, como por ejemplo servicios, jardines, pasillos, etc.
Dentro de las estructuras de propiedades horizontales existen otras figuras que ayudan a tener orden. Una de ellas es la tan conocida junta de propietarios o de vecinos, la cual se convierte en un órgano de importancia en la toma de decisiones en temas que competen a todos los residentes.
Es de este modo, que cada cierto tiempo, esa junta se reúne con el fin de debatir los puntos de interés y para realizar la renovación de los miembros. Se requieren cantidades específicas en las votaciones para que éstas sean válidas. De ese modo, todos los integrantes de la propiedad horizontal pueden participar.
Pero, es importante acotar que no todo lo que se decide en esas asambleas son tomadas como palabras sagradas. Quienes no estén de acuerdo con alguna medida, tienen el derecho de realizar una impugnación del acta final del encuentro. Así haya participado o no, la persona tiene un período de un mes para tramitar la impugnación.
Conocer los términos
Lo cierto es que las personas que son dueñas de propiedades horizontales deben estar familiarizados con los términos, pues es la manera ideal de que conozcan sus derechos, trámites y todo lo que se refiere al condominio que debe compartir con otros, en la mayoría de los casos.
Ese derecho legítimo sobre divisiones físicas no solo tiene que ver con viviendas, sino también con oficinas, locales, estacionamientos, bodegas, espacios industriales y cualquier estructura inmueble. Los dueños tienen poder absoluto sobre esos bienes, de forma exclusiva y también se vuelven copropietarios, como se comentó al inicio. Se trata de esos lugares comunes.
Vale aclarar que la propiedad horizontal fusiona tanto la individual como la copropiedad en general. Aunque no se trata de una empresa, como muchos creen. Tampoco funciona como una sociedad o entidad sin fines de lucro.
Todo debe estar claro y por escrito
Todo lo que tenga que ver con propiedades, debe estar establecido por escrito, asentado en documentos, pues es la mejor manera de que queden soportes o respaldos de los derechos que tiene cada dueño de propiedad horizontal. Con esos estatutos esclarecidos, se evitarán confusiones que puedan afectar a terceros. Las normas de inmuebles de cada país deben cumplirse totalmente.
Las juntas de condominio deben transformarse en centros de asesorías para las personas que no tienen certeza de sus derechos dentro de la propiedad horizontal. Por ello, es indispensable que las reuniones o asambleas no solo se realicen con el fin de tomar decisiones de interés para todos, que es sumamente importante, por supuesto.
Si no se cuentan con los conocimientos completos y necesarios para abordar el tema de la propiedad horizontal, se recomienda buscar a expertos o especializados en el tema a fin de resolver todas las dudas. Quizás no parezca importante, pero han ocurrido muchos casos de estafa inmobiliaria, precisamente por desconocer sobre derechos en materia de propiedades.
Por ejemplo, hay elementos como que hay bienes comunes que se comparten dentro del edificio que no pueden venderse o negociarse, así como que cada bien físico está marcado con un código o matrícula que le da la identidad jurídica a la hora de solicitar alguna información.
Otro aspecto tiene que ver con la administración del bien horizontal. A veces, las juntas de condominio deciden pagar a una empresa externa el manejo de ese ámbito, que es totalmente viable, dependiendo de las normas de cada ciudad o país. Pero en la mayoría de los casos, no es ilegal. Esa administración se enfoca en controlar la distribución de los recursos financieros, planificación, dirección y organización de los bienes comunes (jardines, ascensores, etc.).
La propiedad horizontal es un elemento que fue hecho para resguardar los derechos de las personas que adquieren un bien en una edificación. Ante cualquier irregularidad, corresponde a los entes competentes, tomar acción.